Harquitectes en Palma. Un manifiesto

Por Anna Aina Porcel

En Palma, Mallorca, la intervención arquitectónica de H ARQUITECTES pretende redefinir lo que significa construir en el siglo XXI. En un contexto global marcado por la emergencia climática, la escasez de recursos y la crisis de vivienda, este proyecto de 36 viviendas sociales del IBAVI para personas mayores no solo aborda problemas sociales urgentes, sino que también propone un modelo replicable basado en la economía circular y la reutilización de materiales. El resultado es una obra que combina innovación, eficiencia y respeto por el entorno, estableciendo un precedente en el ámbito de la arquitectura contemporánea.

El punto de partida del proyecto es un edificio en desuso: una pequeña escuela deteriorada e irrecuperable, construida con muros de marés, techos de hormigón y cerámica. Mientras que el enfoque tradicional podría haber optado por demoler y desechar, aquí surge una propuesta radical: convertir los escombros en los muros estructurales del nuevo edificio. Esta estrategia, denominada “minería urbana”, se basa en aprovechar los recursos materiales del propio terreno, evitando la extracción y transporte de nuevos materiales.

El proyecto recupera casi la totalidad de los residuos generados por la demolición. Los elementos cerámicos y de hormigón (140 m³) se reutilizan como relleno para los pozos de cimentación, mientras que el marés (160 m³) se recicla para fabricar 1.700 bloques de hormigón ciclópeo de cal. Estos bloques, compuestos en un 40% por marés reciclado, combinan bolos de hasta 30 cm de diámetro, grava y arena, configurando un material sostenible, resistente y estéticamente único.

El sistema estructural se erige como una lección de eficiencia constructiva. Los bloques prefabricados se apilan para formar muros de carga perpendiculares a la calle, soportando techos de madera contralaminada. La organización de los muros reduce 10 cm su grosor en cada planta, facilitando el apoyo directo de los paneles de madera y acelerando el proceso de construcción. Además, muros de traba de 13 cm, junto con el núcleo de escaleras y ascensor, consolidan la estabilidad del edificio.

La fachada es una manifestación directa de este enfoque: no oculta, sino que celebra el sistema constructivo. Los testeros de los muros prefabricados quedan visibles, mientras que los balcones de madera, con persianas alicantinas, aportan un carácter mediterráneo que conecta el edificio con su contexto cultural y climático. Este enfoque de “honestidad constructiva” no solo refuerza el compromiso sostenible del proyecto, sino que también dota al edificio de una identidad visual potente.

El diseño no se limita a la sostenibilidad ambiental; también responde a las necesidades de sus futuros ocupantes. Destinado a personas mayores, el edificio organiza sus viviendas alrededor de un núcleo de escaleras y una pasarela que da acceso a un jardín interior. Este esquema fomenta la interacción y el sentido de comunidad, aspectos esenciales para el bienestar en la tercera edad. Las viviendas, todas pasantes excepto en el semisótano y el ático, garantizan ventilación cruzada y una conexión visual con el exterior, mejorando la calidad de vida de los residentes.

El proyecto de H ARQUITECTES no solo aborda problemas específicos del lugar, sino que plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de la arquitectura: ¿cómo construir en un planeta con recursos finitos? ¿Cómo equilibrar las necesidades sociales y ambientales en la práctica arquitectónica? En este caso, la respuesta radica en la reutilización de materiales, la eficiencia en la construcción y la integración de sistemas tradicionales en una arquitectura contemporánea.

En un sector que representa cerca del 40% de las emisiones globales de carbono, la adopción de estrategias como la minería urbana no es solo deseable, sino necesaria. Este proyecto demuestra que es posible construir viviendas de calidad, sostenibles y accesibles, sin sacrificar el diseño ni el impacto social.

Más allá de su materialidad y técnica, este conjunto de viviendas en Palma es un manifiesto. Es un recordatorio de que la arquitectura tiene el poder de transformar no solo paisajes urbanos, sino también prácticas industriales y relaciones sociales. Es una invitación a repensar cómo construimos, para quién construimos y qué valores priorizamos en cada proyecto.

En un mundo donde la arquitectura a menudo se ve atrapada en los dictados del mercado y la inercia de prácticas obsoletas, este proyecto ofrece una visión esperanzadora. Una visión en la que la sostenibilidad no es una moda, sino un imperativo. Una visión en la que cada decisión constructiva tiene en cuenta su impacto en el entorno, en las personas y en el futuro. IBAVI es un laboratorio desde el cual se están trazando las bases de un nuevo paradigma arquitectónico.